La pandemia provocada por la COVID-19 ha dejado sin trabajo y sin protección social a los 1.500 intérpretes freelance que trabajan para la Unión Europea (UE) en Bruselas. Con las medidas de confinamiento implantadas en los diferentes países miembros de la UE, instituciones como la Comisión Europea y la Eurocámara decidieron cancelar los contratos de los intérpretes freelance que son de carácter diario. Las cancelaciones se hicieron efectivas a finales de mayo, pues una cláusula impide su liquidación a menos de sesenta días de la fecha del mismo.

Desde entonces, estos intérpretes intentan sobrevivir sin ingresos y sin ningún tipo de protección social. Su particular marco laboral hace que trabajen prácticamente en exclusiva para la UE y es a sus instituciones a quienes pagan el impuesto que se deduce en origen, conforme a su convenio. Es decir, que, por un lado, no perciben ingresos y, por otro, no cotizan en ningún Estado miembro de la UE, por lo que les es imposible acceder a los sistemas de prestaciones puestos en marcha de forma extraordinaria en los diferentes países.

El salario de los intérpretes freelance oscila entre los 350 y los 450 euros diarios. Sin embargo, muchos de ellos trabajan menos de diez días al mes de media. Sus servicios van de la mano de la actividad parlamentaria europea, por lo que hay meses en los que no trabajan (agosto, por ejemplo) y no perciben ningún tipo de remuneración adicional por la preparación previa de una reunión, ni por cursos de aprendizaje o de mantenimiento o mejora de idiomas. Además, carecen de vacaciones pagadas y de seguros de accidentes o enfermedad, que deben costear de su bolsillo.

La escasa actividad de las instituciones europeas durante los meses más duros de la pandemia ha sido cubierta con los 250 traductores que tienen en plantilla y que garantizaron el multilingüismo de las sesiones plenarias (en los 24 idiomas de la UE) y de las comisiones, donde el sistema informático permite un máximo de ocho idiomas.

Desde la Eurocámara, se asegura que se ha duplicado el número de reuniones desde finales de mayo y, por tanto, se vuelven a hacer contratos a los intérpretes freelance, pero apenas se han recuperado el 20% de los mismos. Igualmente, la Eurocámara ha ofrecido un anticipo de 1.300 euros netos a los afectados en concepto de días que les prometen trabajar hasta final de año.