El español y el portugués deben caminar de la mano para constituir las lenguas que deberían utilizar la comunidad iberoamericana que asciende, actualmente, a 800 millones de personas. Los participantes en la I Conferencia Internacional de las Lenguas Portuguesa y Española, celebrada a finales de noviembre en Lisboa y promovida por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), han puesto de manifiesto la necesidad de potenciar un plan que favorezca el bilingüismo en la región frente al avance de la lengua inglesa.
Más de 40 oradores, entre científicos, académicos, políticos, artistas y empresarios, expusieron a lo largo de dos días la necesidad de potenciar el valor económico y político de una comunidad que, dentro de cincuenta años, contará con mil millones de personas, según las perspectivas de crecimiento demográfico. Por ello, se hace necesario buscar un “debate político, educativo, pedagógico y lingüístico en torno a las dos lenguas”, según el secretario de la OEI, Mariano Jabonero, para potenciar el bilingüismo y acabar con el llamado “portuñol”. El uso de este habla que mezcla español y portugués ha propiciado el avance en la zona del inglés como lengua franca, siendo utilizados numerosos anglicismos cuando tanto portugués como español cuentan con palabras equivalentes.
Para enfrentar al inglés, la OEI defiende la necesidad de aprovechar al completo las dos lenguas que posee Iberoamérica, que le da a la región una “inmensa ventaja”, según Rebeca Grynspan, secretaria general iberoamericana. En esa línea, se expuso un plan de desarrollo del bilingüismo apoyado en cuatro puntos: el desarrollo de las “escuelas de frontera” que promueven contenidos bilingües en alumnos de primaria; un programa de formación del profesorado; la producción académica y didáctica en ambas lenguas para uso de ministerios y escuelas y la traducción de español a portugués de documentos científicos.
Según los datos aportados durante el certamen, tanto el español como el portugués van ganando terreno en Internet y en las redes sociales, lo que confirma que ambas lenguas, en palabras de Jabonero, tienen “una capacidad de proyección cultural muy fuerte”, aunque la clave para su expansión es la máxima colaboración transfronteriza.

Víctor Saornil