La 23ª edición del Diccionario de la Lengua Española (DLE) recoge más de 1.100 modificaciones con respecto a la edición anterior que pretenden atender a la evolución lingüística. La tercera actualización llevada a cabo por la Real Academia Española (RAE) ha añadido 229 artículos que han permitido la entrada y el reconocimiento de voces como antitaurino, arboricidio, beatlemania, brunch, cumplemés, identitario  panhispanismo, agendar, aguantadero, amá, amish, amodorrante, annus horribilis, apá, bebop, besapié, brioche, candidatar, capillita, carajal, centrocampismo, enllavar, penthouse, router, rúter, textear o torá, además de coloquialismos como bordería, casoplón o zasca.
Además, los académicos han realizado 88 adiciones de acepción entre las que destacan cuestiones como la de aplicar, entendiendo como tal “presentar una solicitud oficial para algo”, marcada en el diccionario como propia de América; o la de sieso que, aplicado a las personas, ahora se define como “desagradable, antipático, desabrido”. Igualmente, se han llevado a cabo 284 enmiendas de acepción, entre las que destaca el cambio producido en la definición de homeopatía, que ha pasado de ser un “sistema curativo” a una “práctica curativa.
La presentación del nuevo diccionario se ha realizado en el XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, celebrado en Sevilla, donde también se realizó la presentación del Glosario de Términos Gramaticales (GTG). Esta obra consta de 500 artículos de términos morfológicos y sintácticos y unos 50 gráficos, entre tablas y esquemas. Con un claro objetivo didáctico, el glosario pretende mejorar la enseñanza del español en todo el mundo, por lo que está especialmente pensado para profesores de secundaria, bachillerato y de español como lengua extranjera, quienes dispondrán de edición impresa y en formato digital. Además, se está estudiando la posibilidad de realizar una versión online que conectará directamente las informaciones que proporciona con otras obras académicas.